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el cuento antiguo del anciano y del trabajador

Había un ancianito que venía por el filo y allí se encuentra con un trabajador. Le dice ´¿está trabajando?´ y el trabajador le contesta ´viejo preguntoso, ¿y a ti qué te interesa?´ Entonces el viejito maldiciendo pasó no más y pasando-pasando se le fue llenando de piedras la chakra de este trabajador. Todo lo que había tzacmado se llenó vuelta de piedras, así amaneció la chakra:  ¡pura tzacma de piedras!

Siguiendo camino, el ancianito se topa con otro trabajador, dice ¿está trabajando? Y el trabajador le contesta: ´sí estoy trabajando, ¡quizá daría Diosito!´ Dijo el ancianito: ´trabaja no más, ¡sí ha de dar!´ Rápido-rápido terminó la tzacma. El ancianito dijo ´tarde prestarás posadita´ y el hombre dijo: ´sí, he de prestar´. Llegaron a la casa y prestó, descansó el ancianito y después le aconsejó al trabajador que limpie su casa. El dueño cumplió con el consejo del ancianito.
Después de limpiar templó diez sogas en el cuarto y en la siguiente mañana, los sogas amanecieron con toda clase de ropas de todo color encima. Ahí el anciano le dice de ir a sembrar dos matas de papas en su tzacma. A la madrugada del otro día dice ´¡vaya a desherbar las dos matas de papas!´ Y contento el trabajador desherbó cuatro matas de papas que de noche le habían aumentado. De día, el ancianito le mandó a rodear la sementera y aporcando que venga. Por el contento, el trabajador ya pudo aporcar cinco matas. A mediodía le mandó que rodée. Llegando a la sementera y rodeando, ya estaban amarillando las papas y dos matas las cavó para llegar a la casa diciendo ´¡ya ha estado  buena la papa!´ El ancianito dijo ´¡sí, ya está buena para cavar!´
El hombre había tenido bastantes hijos y el ancianito le dijo: ´a una hijita tuya le haremos chancha´. Pusieron a la hija-chancha dentro de un huevo y en la próxima mañana habían nacido diez chanchitos gorditos, y otras diez chanchas con cría. Esto era por la vuelta de la papa. Y todos criaron bien. Entonces el trabajador reuniendo a toda la familia y con los animalitos y acompañado del ancianito, fueron a la chakra para ver cómo desarrolla la papa. Llegados a la sementera el ancianito como juez indicó a los cavadores de las papas que ´no regalen ni que vendan ni que gusten de estas papas´. Y diciendo así se volvió borrego-Merino. Al ancianito convertido en merino, los diablos de los mishus (gente blanca) le persiguieron queriendo matar, pero no pudieron y así, el mundo se salvó.
Cuando los mishus preguntaron a los cavadores si venden las papas y también el merino. Esos dijeron que ´no, ¡ya tiempos de pasados que tienen, esas papas!´, y no vendieron. Más bien dijeron que ¡no insistan, salgan rápido de aquí, a ustedes no queremos vender nada!´ Así termina este cuento.

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