P. Luigi Richiardi un salesiano con poncho y sombrero

1932-2025

Opción por los pobres:

Repasando su vida de misionero salesiano en muchos lugares populares de nuestro país, con mucha claridad y convicción podemos encontrar en nuestro querido P. Gigi, cercano, sencillo sin complicaciones, siempre dispuesto a servir, al estilo de Jesús: “hagan como el Hijo del hombre, que no vino a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos” cfr. Mt. 20,28 haciendo las tareas más humildes, como levantarse muy de madrugada y lavar los implementos de cocina, su alegría desbordante cuando se encontraba con los niños, los pobres en el camino, autobús, en las casas, nunca miro el reloj para estar con los pobres, sus amigos preferidos.

Lo conocí de misionero en Zumbahua, su amor especial a los pueblos indígenas, preocupado por su formación, sobre todo a los catequistas indígenas, siempre hablando del proyecto de Dios, como un sueño de un mundo mejor, donde sea posible vivir el amor, la vida, la justicia, como Dios quiere y espera de todos nosotros.

El P. Gigi como expresaba muy acertadamente el P. Marcelo Farfán, su poncho y sombrero, no fue asunto folclórico, ni por mucho frio, fue su opción radical por el pobre, y entre los pobres, los pueblos indígenas, llevar poncho y sombrero es asunto de identidad y cultura, es llegar al corazón, al pensamiento del pueblo indio, que lucha por su dignidad humana, por su tierra, su lengua, educación y libertad.

Otra iglesia es posible

P. Gigi siempre hablo partiendo de la realidad, que vive el mundo, desde los contextos sociales, económicos y políticos, la evangelización sin la promoción humana, siempre será vacío, busco a mi manera de ver la integralidad entre vida y fe. Fue un creyente convencido de la práctica de Jesús, su vida fue evangelio hecho praxis, “una fe sin obras es muerta” cfr. Stgo. 2,17 quienes tuvimos la suerte de conocerlo, compartir su palabra damos testimonio de esta verdad. Su amor por la Iglesia marco profundamente en la comunidad, una Iglesia sobre todo servidora, que este a favor de los más necesitados, desposeídos, excluidos, los no tomados en cuenta; como dijo también su Santidad, el Papa Francisco, los descartables, ese es nuestro reto y desafío en los tiempos actuales, por eso desde lo más profundo de su corazón, siempre habló el P. Gigi, otra Iglesia menos clerical pero más comunitaria y sinodal es posible.

Padre, hermano y amigo: estas palabras deberíamos escribirla en mayúscula, el P. Gigi es lumbrera de humanidad, que parte del mismo Evangelio, el dinero, convertido en ídolo absoluto, es para Jesús el gran enemigo del proyecto humanizador de Dios. De ahí su grito provocativo “no podéis servir a Dios y al dinero” cfr. Lc. 16, 13, digo esto porque para muchos de nosotros encontramos en este misionero salesiano un hombre desprendido, pobre y al mismo tiempo generoso, nunca habló mal de nadie, siempre escucho como un autentico padre, hermano y amigo, cierto que humanamente hemos perdido, a un compañero de camino, pero su legado esta guardado en el mejor sitio de nuestros corazones, a nuestro querido P. Luigi Richiardi no hemos sepultado, lo hemos sembrado para que nazcan y retoñen nuevos misioneros/as y que anunciemos desde el silencio de nuestras vidas el Evangelio liberador de Jesucristo hoy y ahora. Termino este sencillo mensaje, articulo o como se pueda decir, con las mismas palabras de Jesús: “muy bien, servidor bueno y honrado; ya que has sido fiel en lo poco, yo te voy a confiar mucho más. Ven a compartir la alegría de tu Señor” cfr. Mt. 25,21

– P. Mashi Jaime Pastuña, 2025

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